SINOPSIS: El Distrito 87 de la Ciudad de Nueva
York sufre una fuerte oleada de calor en pleno mes estival y, al mismo tiempo,
una serie de asesinatos que tienen como víctimas policías. El detective
Lugarteniente Byrnes está al mando de una comisaría que tiene entre sus agentes
más destacados al detective Steve Carelli, quien toma el mando de la
investigación de un par de asesinatos de colegas que se han registrado en tan
solo un par de días. Su compañero Mike Maguire trabaja codo a codo con Carelli
para esclarecer el móvil de los crímenes y, de esta forma, empezar a seguir la
pista que les conduzca a identificar al homicida.
COMENTARIO: No por casualidad Steven Zaillian, showrunner de la espléndida miniserie The Night Of (2016) sitúa la historia en
el Distrito 87 de la ciudad de Nueva York. En su voluntad por recuperar la
atmósfera de aquellos pólice procedural
de los años setenta, Zaillian y su socio Richard Price —reputado guionista y
novelista— se avinieron a localizar un relato en clave dramática en uno de los
suburbios cuya popularidad contribuiría a apuntalar Salvatore Lombino
(1926-2005), artísticamente Evan Hunter y Ed McBain, entre los diversos
seudónimos que empleó a lo largo de su prolífica actividad profesional. Lombino
lo haría a través de la serie de relatos conocidos bajo el genérico «87th Precinct», que llegaron a ser
publicados con el distintivo de Ed McBain situado debajo de los correspondientes
títulos de las sucesivas novelas. La primera de la serie sería Cop Hater (1956), adquirida al cabo de
unos meses de su salida a librerías por William Berke (1903-1958), una de las
primeras personalidad dentro del cine sonoro estadounidense en advertir la
necesidad de ejerce el control sobre sus trabajos para el medio, asumiendo
labores de director y productor cuando la ocasión lo permitía. Berke supo
adivinar el potencial de la novela de McBain en su transcripción al celuloide,
encargando a Henry Kane la elaboración de un guión que se ciñiera a las
premisas presupuestarias de la serie B
policíaca de finales de los años cincuenta. Ambos volverían a formar equipo en The Mugger (1959), otra de las cintas nacidas
de un texto de McBain y auspiciadas por la unidad de producción Barbizon, administrada por el propio Berke. Sendos relatos en negro sentarían las bases de lo que convendríamos a denominar police procedural. Un subgénero que tuvo
su arraigo a finales de los años sesenta y su expansión en el curso de los
setenta con una única aportación en calidad de guionista en esta década por
parte del propio McBain en un título (para su estreno en territorio español)
que bien hubiera podido figurar en algún espacio del cartel promocional de Cop Hater (1958): El turbulento Distrito 87. Turbulencias que, en el caso del film
dirigido por Berke —en uno de sus últimos créditos ya que falleció el mismo año
que se programó en salas cinematográficas como «programa» doble acompañado de El hombre del Oeste (1958)— hacen referencia a un asesino de
policías que trae en jaque a los agentes del orden de la ciudad de Nueva York.
Debido
a las restricciones presupuestarias inherentes a la serie B, Berke confió en la cantera de jóvenes intérpretes –algunos de
los cuales procedentes de la escena teatral neoyorquina— para ocupar plaza en
una producción en la que brilla por su ausencia actores “rebotados” de la serie
A o convertidas en estrellas de la
pequeña pantalla. Con todo, Cop Hater
presenta un cuadro interpretativo solvente con un elevado porcentaje de
debutantes —Steve Franken, Hal Riddle, Lincoln Kilpatrick y Jerry Orbach— y semidebutantes,
entre éstos Robert Loggia, quien asume por primera vez el papel en la pantalla
grande de un policía, un “hábito” recurrente a lo largo de su singladura
profesional. Su composición del detective Steve Carelli –al que la editorial
resucitó tras desaparecer en la tercera entrega de la serie «87th Precinct» por voluntad propia de
su autor— muestra un carácter ambivalente; por una parte, exhibe tacto y
ternura cuando se encuentra con su pareja sordomuda Teddy (Ellen Parker, en
sintonía con el look que luce su coetánea Shirley MacLaine en Pero, ¿quién mató a Harry? Y El apartamento), y por otra parte, actúa
de manera colérica cuando se enfrenta al asesino de policías que irrumpe en el
inmueble de su chica en un clímax que deja a las claras la intención de sacar
el máximo rendimiento a los decorados de estudio.
Pieza
bautismal de los police procedural, en que una comisaría de policía se
convierte en el espejo de la realidad social de una urbe cosmopolita e multirracial
como Nueva York, Cop Hater no tuvo
oportunidad de estreno en nuestro país, ni tan siquiera a sabiendas que lleva
la rúbrica —entre líneas— de Ed McBain, el mismo artífice de la novela que dio
pie a la exitosa Semilla de maldad
(1955). Quizás el utilizar diversos seudónimos dificultó la asociación entre un
título y otro, y por ello quedó sin efecto su distribución en el estado
español. Por fortuna, la edición en 2012 en formato DVD por parte del sello
Absolute repararía este déficit, permitiendo acceder a los contenidos de una
estimulante propuesta con un cánon de serie B bien marcado en su preparación y
en su ejecución.
Christian Aguilera
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